Autores
Natalia Jiménez-Tenorio, María Armario
Introducción
La vida se desarrolla gracias a un complejo conjunto de reacciones químicas cuya fuente principal de energía, en los seres humanos, son los alimentos. Por ello, es necesario un conocimiento mínimo de las necesidades del organismo para tener un correcto desarrollo físico e intelectual.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud lidera iniciativas para mejorar los hábitos alimenticios. El Estado español también impulsa actuaciones en temas de alimentación, salud y consumo responsable, como fue la creación de la Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición, donde aparecen medidas dirigidas al ámbito escolar, entre las cuales destacamos promover la enseñanza de la nutrición y alimentación “transmitiendo a los alumnos los conocimientos adecuados para que éstos alcancen la capacidad de elegir, correctamente, los alimentos que les permitan componer una alimentación sana y equilibrada”. Por tanto, este tema es importante no solo científicamente, sino también social y culturalmente, puesto que está relacionado directamente con el desarrollo de hábitos y comportamientos saludables, aspectos fundamentales para toda persona.
Sin embargo, la evolución histórica del conocimiento científico sobre la nutrición humana fue un proceso difícil debido, en gran parte, a la propia complejidad de esta función vital. Las ideas fueron evolucionando desde las más simples y desconectadas de las demás funciones vitales, a modelos más complejos e integradores de la nutrición en la teoría celular y en su interacción con el medio. Hoy día, los mensajes incompletos, y en muchas ocasiones engañosos, que ofrecen los medios de comunicación, y el consumismo desorbitado que transmite la publicidad de la industria alimentaria, provocan que los estudiantes den explicaciones contradictorias a los contenidos que se enseñan en las aulas.
Por ello, para abordar el concepto de nutrición desde la perspectiva más compleja, es necesario que los alumnos sean capaces de comprender la finalidad de las sustancias que necesitamos, conocer que éstas se transforman en nuestro cuerpo para obtener materia y energía, entender que la nutrición supone un intercambio de materia y energía con el medio, e interpretar la nutrición desde nivel microscópico. Pero además, también deben superar dificultades como una visión restringida de las funciones de los alimentos, la clasificación de estos según su función en el organismo y la identificación de sustancias nutritivas encontradas en los mismos.
Así, se pone de manifiesto la problemática que encierra el tema de la nutrición. Es por ello que la educación alimentaria sigue siendo hoy en día una temática clave en la educación. El saber asociar alimentos, nutrientes y funciones (energética, constructora y reguladora) es indispensable para poder elegir de forma consciente una alimentación coherente con parámetros saludables.
Actividad Planteada
Esta actividad está dirigida a estudiantes de educación secundaria obligatoria, concretamente 3º ESO, aunque puede emplearse también con estudiantes de cursos inferiores y superiores. Consiste en la implementación de una analogía, recurriendo a la comparación del funcionamiento interno del organismo con el proceso de construcción de una casa. Así, mediante este recurso se pretende favorecer la clasificación de los alimentos según la función que realicen en el organismo y la identificación de los nutrientes presentes en estos. En esencia, se aspira a modelizar las tres funciones de los alimentos (constructora, reguladora y energética) y hacer visible la relación directa existente entre estas funciones y el nutriente predominante que constituye el alimento en cuestión.
Material Didáctico
A continuación se pueden consultar los materiales didácticos elaborados para esta actividad de modelización que incluyen el cuaderno del estudiante (CE) y la guía del profesor (GP).
Guía del Profesor
Actividades del Estudiante